miércoles, 1 de mayo de 2013

YAROSLAVL SCHREIR LESNI,CHECOESLOVAQUIA.

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INMIGRANTES,   CHECOESLOVAQUIA.


ING.  YAROSLAVL SCHREIR LESNI

Celia Schreir Ibañez.
Nuestro querido y bien amado personaje llegó al Perú después de la primera guerra mundial con tres amigos representando al Club Esparta de Checoslovaquia, para recorrer, el continente en bicicleta, aún se mantienen los libros con las firmas de los presidentes de los países que visitaron.  

     Conto que cuando estuvieron en Brasil en plena selva acamparon tres amigos, dos de ellos salieron a buscar alimentos cuando regresaron encontraron solo el esqueleto, los huesos   de su compañero - las marabuntas lo habían devorado – .

     Se sabe que Yaro como le decían,  en su infancia fue considerado un niño prodigio  en el colegio,  dio su primer concierto de violín cuando apenas había cumplido los seis años,  luego a partir de los 11 años en muchos auditorios de Praga,   regaló la música que compuso   al pueblo que lo vio nacer…

      Fue ingeniero civil graduado,  aunque lo conocieron  como “un mil oficios y especialidades”. Fue  poliglota; hablaba  siete  idiomas,  inclusive aprendió el quechua.  En esa época eran pocos los profesionales especialistas en puentes y el era un experto en ese campo, con ese motivo  con su inseparable moto viajaba  constantemente con el tema “puentes”,  así lo recuerdan todavía en muchos lugares donde se mantienen sus obras.  

     La historia se remonta a uno de sus viajes,  precisamente llegando de chile conoce a la señorita Celia Ibáñez, farmacéutica  de la Universidad Nacional Mayor de  San Marcos,  ella vivía con su padre don Lucas Ibáñez en el distrito de Huacho, Lima,  administrando la conocida farmacia “Logorio” , allí se conocieron  y don Yaroslavl perdidamente enamorado permanecía  siempre en Huacho.  Así un buen día doña Celita Ibáñez decide viajar a Andahuaylas, no mucho tiempo después el Ing. Yaroslav también llegó a san jerónimo, ella tendría treinta  años y se casaron el año 1936,  fruto de esa unión vinieron a este mundo para felicidad  de ellos sus hijas: Milada, Yirka, Sonia,  quien nos dejo y Celia.

      Yaroslavl, de temperamento abierto,  era amigo de todos y como  músico que era enseñaba, dictaba clases de música y canto  a las señoritas que lo desearan. También  formaba coros y grupos de danzas con  su  capacidad y  vocación de servicio. Como fiel testimonio podemos nombrar a la Profesora Dorita Quino y Dora Alarcón, quienes amenizaron las veladas de esos tiempos.

        Un lugar muy especial  para él era el club de tiro del cual era  socio,  con su inagotable creatividad y dominio de la mecánica siempre estaba en lo nuevo,  un experto   fabricando los repuestos  que se necesitaban,   siendo uno de sus alumnos predilectos don Pancho Molero, también un experto e inventor  en la fabricación de repuestos de toda clase.  

       Por esos años también llegó al Perú su hermana Zdenka quien a la postre resulto siendo esposa de otro gran hombre  el Dr. Hugo Pesce, con quien compartió una serie de vivencias y vivió varios años en una casa de la calle “Amargura. El Dr. Pesce fue muy amigo de José Maria Arguedas y   del Che Guevara.  Hasta que un día lamentablemente Don Yaro sufrió  un golpe en una cornisa con lo que  le sobrevino un derrame cerebral y dejo para su familia y amigos  un vacio  imposible de colmar.

     Es necesario comentar que  mis padres  madre,  miraban pasar  por su puerta  a los niños rumbo a las escuelas de San Jerónimo,  es así que ante la posibilidad de la creación de un colegio secundario técnico,  frente a muchas ofertas económicas  ventajosas para ella prefirió que el terreno ubicado al frente a su casa la quinta “Buena Vista” (72,000 m2),    sirviera para el funcionamiento del  Colegio   Agropecuario N° 1 de San Jerónimo,  posteriormente el Instituto  Agropecuario N ° 8,  que opero  como tal desde el año 1946 hasta el año 1972,  momento  en el que la  Ley de Educación convierte a todos los planteles de Educación Técnica  en Planteles de Educación Básica Regular, con lo que  se renovó  su  infraestructura, ahora  moderna y  de nivel primario  y secundario.

       Finalmente, quiero agradecer la oportunidad de complementar, de alguna manera, nuestra historia jeronimiana,  con esta semblanza que no alcanza a ser una biografía como tal, pero que refleja el testimonio, la  presencia de un ilustre inmigrante que si bien nació en Checoeslovaquia fue finalmente andahuaylino: mi señor padre el Ing.  YAROSLAVL SCHREIR LESNI.

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