EL ORGULLO DE SER ANDAHUAYLINO…
Arturo Gutiérrez Velasco
Aún siento todos peruanos, hay pobladores que por el medio en que se desarrollan (patrimonio natural) y por lo que nuestros antepasados y contemporáneos han creado y siguen creando (patrimonio, histórico, arqueológico y patrimonio vivo) desarrollan notables diferencias. Sin embargo, aun con esas variantes la idea de peruanidad, de un destino común siempre nos une.
En ese entorno, en las tres regiones naturales del Perú, somos un muestrario de paisajes, razas y costumbres. Con patrones, principios normas de conducta e identidad regional propia que nos caracterizan, o diferencian en unos grupos más que otros
José Maria Arguedas Altamirano, conocedor de la realidad andina, con una sólida formación antropológica, dominio del quechua, nativo de la región, residencia y conocimiento de primera mano de los distintos pueblos del territorio centro y sur andino, en su estudio “Notas Elementales sobre arte popular religioso y la cultura mestiza de Huamanga”, (1,958), afirma la existencia de una identidad común en los habitantes de los departamentos de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac.
Los elementos…
El primer y esencial elemento de nuestra identidad local y regional es el quechua o runa simi, en su modalidad Chanka, lengua que delimita el territorio de la región junto con los elementos históricos, geográficos, arquitectónicos, religiosos, folclóricos, musicales, la indumentaria, la culinaria, mitos, leyendas que nos son propios.
También esta la personalidad colectiva de su gente, decimos que los huancas son alegres y trabajadores, los selváticos flemáticos, los ayacuchanos son proclives a ser músicos, es decir que hay sellos que por regiones o lugares nos caracteriza y nos hace especiales.
El andahuaylino es valiente, rebelde, puntual, honra su palabra…
Una de las características que nos llena de orgullo es que se diga: “Que el andahuaylino, descendiente de los chankas no inclina la cabeza, es rebelde ante la injusticia, la prepotencia y el abuso, hecho que está demostrado en todos los tiempos de la historia. De la misma manera caracteriza a su gente, el anhelo común de “hacer “, de no quedarse inermes frente a la indiferencia o el olvido de los gobiernos de turno…
Destaca igualmente por el trabajo colectivo, solidario; en el “ayni”, el servicio de trabajo entre vecinos y familiares. En la “minka”, el esfuerzo corporativo para el desarrollo y progreso colectivo, así se han construido, carreteras, canales de irrigación, y logrado en la década del 60 la “Lampa de Oro”, un premio al esfuerzo comunitario de su gente. Su capacidad para el trabajo ha sido registrada en el tiempo y está en los textos de historia, cuando se afirma que para los trabajos en las minas de plata o carreteras los “braceros” más apreciados fueron los andahuaylinos.
Además, a humanizado su paisaje… con el trabajo cotidiano de su gente se presenta ante la vista, en el panorama, un tablero multicolor formado por una variedad de cultivos, que permanentemente están en franca competencia, en el que por temporadas contrasta el verde intenso de la alfalfa, con el verde de las chacras de habas, de maíz, cebada, trigo, quinua, tarwi, que a medida que maduran, rota la estación, cambian de colores, característica común para los pueblos bordeados por los ríos Pachacahaca, Chicha y el Pampas…
“Su paisaje es diferente, sus horizontes son ondulantes y bajos, en el panorama son las cercanas lomadas que dan la impresión de que el cielo siempre azul está al alcance de las manos, las lenguas de tierra bajan de las alturas, declinan suavemente hasta morir en el río”. Su floresta es exuberante y diversa, por donde se mire…se aprecia un arbolado diferente sin monotonía, que acoge una variada fauna, que en diferentes pisos ecológicos emerge del fondo del valle hasta el perfil del horizonte…
También es artista, por la numerosa lista de quienes con su pluma y palabra han querido y han sabido cantar a la vida o querido protestar contra el abuso de ella, con la exuberante belleza de la palabra y el pensamiento.
Además, los artistas y artesanos andahuaylinos destacan en el ámbito nacional y hasta internacional. Sin duda, esta inclinación al arte se conjuga o es influenciada de la extraordinaria belleza, características de su paisaje, del que se dice: “Que tiene celajes vesperales”; es decir, los atardeceres más bellos como en ningún otro lugar de la sierra, en los que increíblemente se matizan todos los colores y sensibilizan al extremo.
…Por eso y mucho más, es un orgullo ser andahuaylino…