FEBRERO MES DEL CARNAVAL
El alarde de las demostraciones de fuerza procura guerreros invencibles, como sus antecesores.
Las risas son en honor a la alegría y es la ley de la fiesta.
La danza, el canto, el banquete, la bebida y la alegría son el imperativo de esos días…
PARA GOZAR DEL PUKLLAY…
Arturo Gutiérrez Velasco.
El término “Pukllay” según los estudiosos del vocabulario y gramática quechua, “Quechuólogos”, cuya bibliografía con referencia al quechua (“Quechua”, Cjeshua” o “Quechua”) es abundante, fecunda y coincidente en que el término Pukllay es juego, o “todo género de fiestas para recrearse”.
El pukllay, es un fenómeno folklórico por esencia, cuya realización coincide con periodos calendarios o fenómenos naturales de importancia para la vida colectiva, son magnos días festivos; como el comienzo de la primavera, símbolo del renacimiento o renovación de la naturaleza. Coincide también con los momentos en que el sol parece detenerse en su marcha y por eso son los llamados solsticios.
Es distinto en la ciudad y el campo. En la ciudad se goza de las oportunidades y variedad que la modernidad ofrece. En el campo se espera con mayor ansiedad y se disfruta intensamente pues se trata de una alegría breve.
En el campo…
Para comprender el pukllay o carnaval en el mundo andino, es imprescindible conocer la interpretación que tienen los campesinos acerca del mundo que los rodea. En el caso andino, esta tiene rasgos particulares en materia de tiempo y espacio. Al respecto desde hace años EL CENTRO DE ESTUDIOS ANDINOS “VIDA DULCE” realizaba estudios de estos temas. Uno de sus trabajos es “VISIÓN ANDINA DEL CARNAVAL” en el que nos muestra aspectos que de alguna manera nos permiten comprender como se desarrolla la vida, e inclusive el amor y los momentos cumbres de estas manifestaciones tan intensas en el carnaval o pukllay.
Para mucha gente, parece degradante el desplazamiento en grupos con excesos de bebidas. Los gritos o alaridos que emiten. La función que cumplen las mujeres, la variedad y colorido de la nueva vestimenta que lucen, otros, como sus ancestros cubiertos con pieles. Los enfrentamientos entre pandillas, entre miembros de estos grupos el warakanakuy, sikcollonakuy, kalaschanakuy y el paki, los rituales en cada caso. Los instrumentos que utilizan. Su gastronomía. La alegría, el amor que como la naturaleza florece y brota incontrolable en esta ocasión en la que todo está permitido.
Recién conociendo la interpretación que el hombre andino tiene de la naturaleza, del mundo en general en sus diferentes “planos”, de la cosmovisión andina, es que se puede comprender los variados aspectos del carnaval rural, o Pukllay, en el que cada cosa como todo en la naturaleza tiene su lugar, significado, su interpretación.
Juan Barrio Contreras, escritor andahuaylino indica: “Decimos que ha empezado el carnaval en Andahuaylas cuando en octubre y noviembre el zorzal lo anuncia” continua,.- para febrero, mes del carnaval, el paisaje andahuaylino se cubre con todos los matices de verde. Hay tal exuberancia en el campo que no es posible distinguir un lugar donde no hayan brotado las sementeras, los pastos y donde los árboles no están resplandecientes con el sol después de la lluvia”.
Para Vida Dulce, el pukllay o carnavales se inicia cuando se anuncia la realización del “Muchuy warakay” (despedida del hambre o escasez temporal). Este ritual que se hace en las proximidades de los carnavales, determina la terminación de la temporada de escasez y el comienzo de la época de abundancia, por ello en muchas comunidades los “runas “(humanos), toman sus “warakas” y simbólicamente arrojan lo más lejos que puedan a la escasez y al hambre, porque ya se puede probar en la casa los primeros productos, se come choclo dulce y fresco, humitas, duraznos, capulíes, una diversidad de productos.
Para el “muchuy warakay” preparan “sanku” de harinas de maíz, quinua, trigo, haba, quiwicha. A la hora de la puesta del sol, el “yachaq” (sabio andino) prepara ritualmente un bolo de “sanku”, coloca en la waraka y los lanza con energía hacia el sol que ya está ocultándose para que el “muchuy” o hambre se vaya. Seguidamente, los comuneros comen bastante picante de arveja verde con cuy, sanku, mote, para despedir y despachar el hambre.
En otras comunidades los “runas “(humanos), toman sus “warakas” y simbólicamente arrojan lo más lejos que puedan a la escasez y al hambre, porque ya se puede probar en la casa los primeros productos, se come choclo dulce y fresco, humitas, duraznos, capulíes, una diversidad de productos.
En esta temporada, los campos están cubiertos de pastos, “piquipichana”, “taya”, “chacra anís”, “chiwanway”, “chikchimpay”, “asnapas”, “llulluchas”,”cconcha” (solo crece donde cae el rayo) lavanus, cardo santo, “waylla ichu” (paja verde para preparar adobe, ccalla ichu (que son de hojas anchas y sirven para cocinar) y en fin, los campos y sementeras se cubren con un manto verde. de allí también está la explicación de que por un año puede celebrarse con más regocijo que otro, y depende del estado de las sementeras. Si las sementeras están buenas, las celebraciones del pukllay o carnaval serán también bueno.
En la concepción andina, cuando la “mama pacha” nos brinda sus primeros frutos, el hombre corresponde de muchas formas, le canta a las chacras, terrenos cultivados, nace y florece el amor entre parejas, el hombre juega con todo hasta con los animales estos se aparean con el consentimiento de los “apu taytas”. La fertilidad de la tierra es relacionada con la fertilidad humana, por lo que la interrelación de solteros y solteras y la permisividad sexual en estas celebraciones son mayores. Incluso es una fecha propicia para iniciar los denominados “servinakuy” , matrimonio de prueba, o para el warma suway (robar mujeres).
EL JUEGO DE LA MOCEDAD.-
(…) El Pukllay o carnaval, es principalmente una fiesta de reafirmación de la vida y la esperanza. Una ocasión de alegría colectiva, de confraternidad comunitaria, un himno a la juventud y al amor. No en vano hasta hace poco, en la temporada del carnaval, eran los solteros, los protagonistas de la fiesta, quienes nunca se juntaban con los casados. De allí deriva precisamente aquél tan conocido verso del carnaval: “Los solteros a la calle, los casados a su casa”.
“En la temporada del pukllay, se dan las condiciones propicias para el amor, para el emparejamiento. Es durante el pukllay que los jóvenes solteros, de manera natural franca y sencilla y hasta a veces impetuosa, dan paso al emparejamiento. El pukllay es el momento esperado para cortejar. Quizás en ese juego del amor en la mocedad, este es el origen del término Pukllay”…
“En general, se inicia con comidas abundantes que auguran despensas llenas, mejor cosecha. La danza saltarina en la tierra húmeda influye en el desarrollo de las plantas, fortalece las raíces”. Comienza el festejo con las visitas entre compadres para compartir comida, Chicha tomando su licor. Enardecidos salen a la calle, visitan todas las casas cuyos ocupantes esperan con bebidas, para el brindis de la amistad. Se arman las pandillas, las comparsas con el champi, la tinña, guitarras, cascabeles quenas y quenachos acompasan y acompañan sus cantos..
El alarde de las demostraciones de fuerza procura guerreros invencibles, como sus antecesores. Las risas son en honor a la alegría y es la ley de la fiesta. La danza, el canto, el banquete, la bebida y la alegría son el imperativo de esos días.
(Fotos Arturo Gutiérrez Velasco). (FUENTE: “VISIÓN ANDINA DEL CARNAVAL CENTRO DE ESTUDIOS ANDINOS “VIDA DULCE)”