martes, 14 de septiembre de 2010

MIRADOR DE HUAYHUACA


EL “APU” HUAYHUACA, EN ANDAHUAYLAS,

APURIMAC, PERU.

Arturo Gutiérrez Velasco.

El cerró Huayhuaca o waywaca, es un estratégico morro que se ubica al lado sur de la población de Andahuaylas. En la base abarca una extensión del rio Chumbao, tiene un declive pronunciado que hacía difícil escalarlo. Está sembrado de plantas de pinos, con más plantones sobrevivientes en la parte alta. Desde el puente colonial sobre el río Chumbao se inicia la carretera que la circunda y sale hacia el aeropuerto y otros centros poblados y distritos como Pampachiri. Curiosamente el nombre de Huayhuaca, waywaca , no figura en la Carta Geográfica Nacional

Huayhuaca, es considerado el más importante “apu” tutelar de la ciudad, protector del valle de los vientos y las heladas, genera micro climas y esconde, todavía, rincones mágicos como Rumí Rumí. Es testigo del desarrollo de los tres pueblos, ahora unidos por techos de calamina y teja, así como de sus cambios en las diferentes épocas de la historia.

Del devenir de su gente, siempre fue generoso para quienes lo encumbraron, también es nuestra primera vista para los viajeros mostrando lo verde y extenso del valle Chanka, la variedad de colores y cultivos de la tierra en la lejanía y en el cielo, el esplendor de los celajes.

El Mirador…

La Comisión Ambiental Municipal CAM, de la Municipalidad de Andahuaylas, está habilitando un mirador en la parte alta. Se proyecta básicamente la limpieza, la construcción de caminos, apisonados, cortes, graderías, casetas de descanso y de información; cerco perimétrico, construcción de andenes, monolito, letrinas, señalización todo sin afectar el panorama. Por todo eso, todavía está resentido nuestro “apu” porque se divisa una gran cicatriz, zigzagueante amarillenta que llama la atención.

Pero, es cuestión de tiempo, que las lluvias hagan su trabajo, además que rieguen los pinos , retamillas y otras especies sembradas con amor por los niños de los diferentes Centros escolares, ellos con alegría escalaron el cerro, hicieron cadenas y las plantas, desde la base sintieron calor de vida en cada eslabón humano, pronto las más fuertes cubrirán la herida y orgulloso nuestro Huayhuaca mostrará la ciudad, la belleza y diferencia del valle con otros del Perú, a su gente…

La Cruz…

En la cima ahora casi escondido entre grandes pinos y eucaliptos, temerosa asoma una gran cruz de cemento, otrora refulgente por la devoción de su gente. Tiene diez metros de altura, con un peso que llega a las cuarenta toneladas. Fue construida el año de 1963, siendo Alcalde El Dr. Augusto Ortiz Gutiérrez. El costo de la obra fue de cuarenta mil soles, monto que fue financiado con los ingresos de la presentación de la obra, “El Gran Rebelde Chanka”, escrita por el Dr. Romulo Tello y presentada en las ciudades de Andahuaylas y Abancay.

Historia

Nuestro Apu, tiene en sus entrañas la historia de nuestro pueblo, según Joel Grossman de la Universidad de California realizó excavaciones en este cerro. R. S. N- 465, de 2 de Julio de 1970. Indica:

“HUAYHUACA , (WAYWACA), en el distrito de Andahuaylas, situado en la parte alta del cerro del mismo nombre, “constituye “uno de los basurales más interesantes que se puedan encontrar para el estudio de la arqueología de Andahuaylas”. Estos restos arqueológicos de Huayhuaca tienen cierta importancia por la abundante cantidad de cerámica a superficie que se encuentra.

Recuerdos…

En el aniversario de los colegios y de la ciudad, especialmente el 21 de junio, el cerro huayhuaca era el encargado de iniciar los festejos, se iluminaba con cientos de mecheros (kerosene con mechas de trapo) que las comisiones de alumnos o policías municipales debían preparar para iluminar el cerro con el saludo por el aniversario.

En la noche, más que en el cerro, se encendían los corazones por ver el nombre del colegio, que orgullo significaba el haber escalado y escrito con “fuego” el nombre del colegio. Todavía continúa esta tradición, pero por la modernidad ahora se usan cables eléctricos y focos intermitentes en vez de nuestros mecheros de antaño.