DIEGO MALDONADO Y LOS CHANCAS
Catherine Julien
El 15 de abril de 1539 Diego Maldonado recibió de Francisco Pizarro la encomienda de los chancas. La cédula correspondiente fue transcrita en una relación de sus servicios que él presentó en 1561 (Busto Duthurburu 1962-63: 119; Lohmann Villena 1986: 368), transcripción que encierra una información preciosa acerca de los chancas en los primeros años de la colonia española. Aquí la publicamos (Apéndice 1) con un comentario.
Diego Maldonado, uno de los primeros vecinos del Cuzco, ha sido estudiado como personaje por otros autores (Busto Duthurburu 1962-1963; Lockhart 1977: 221-223; Puente Brunke 1992: 177, 227, 228, 340), por ello en este escrito me limitaré al tema de su encomienda. Los chancas formaban parte de la encomienda de los “hananchancas, hurinchancas y los quichuas de Vilcaparo” (Apéndice 1), conocida también como Andahuaylas. A través de la misma cédula Maldonado recibió a otros grupos, incluso varios pueblos de los alrededores de Limatambo, un grupo de quihuares de la región de Andahuaylillas, al sureste del Cuzco, y unos pueblos en Pomachondal, uno de los valles de Paucartambo donde se cultivaba la hoja de coca.[1]
En la documentación posterior se utilizan nombres particulares para referirse a cada grupo encomendado por esta cédula (ver, p. ej., Cook 1975 [1582], pp. 115, 174, 181, 189, 207). En la transcripción (Apéndice 1) he agregado el nombre particular entre corchetes.
Maldonado recibió otra encomienda del gobernador Cristóbal Vaca de Castro el 26 de julio 1543. Por esta cédula recibió dos grupos adicionales, uno llamado corocoro y guacachaca y, el otro, collanatambo y cazcas (AGI, Patronato 93, n1r2, ff. 189-190v). Ambos se ubicaban en la región de Condesuyo al sur del Cuzco (Julien 1991: 77-80). Diego Maldonado no recibió concesiones posteriores, todo lo que recibió entonces en encomienda fue concedido por estas dos cédulas.
Aunque la cédula de Andahuaylas incluye a varios grupos, me interesan principalmente los chancas. Tenían una importancia especial en la historia incaica, tal como fue recopilada de fuentes cuzqueñas en las primeras décadas de la colonia española. Según las versiones de Juan de Betanzos y Pedro Sarmiento de Gamboa, el ataque de los chancas sobre el Cuzco fue lo que lanzó el joven Inca Pachacuti al poder. El evento señala un cambio en las aspiraciones incaicas, cambio presagiado por una aparición que vino a Pachacuti en Susurpuquio en vísperas del ataque chanca. La aparición reveló no solamente la victoria sobre los chancas, sino también el éxito que tendrían en la conquista de un imperio (Betanzos 1987, caps. 6-26, pp. 23-129; Sarmiento de Gamboa 1906, caps. 25-39, pp. 57-81). Para los descendientes de Pachacuti la victoria sobre los chancas marcaba un momento importante. La conmemoraban en la historia que contaban sobre la vida de Pachacuti (Julien 2000: 98-99) y en el culto que hacían a las huacas del Cuzco, entre las cuales figuraban las pururaucas o piedras que se convirtieron en guerreros para defender la ciudad contra el ataque chanca (Rowe 1980: 8-10).
Hasta ahora los chancas han sido una leyenda, hace falta conocer a los chancas de verdad, por eso cobra importancia la encomienda de Diego Maldonado. La cédula de la encomienda de los chancas registra los pueblos ocupados por estos en 1539. Podemos localizar algunos de ellos y hacernos una imagen de los chancas en aquel momento, representación que también es la de la organización chanca durante el Incanato.
La cédula de Pizarro
Pizarro, desde el Cuzco, encomendó Andahuaylas a Diego Maldonado el 15 de abril de 1539, la fecha es importante. Pizarro hizo dos repartimientos generales desde el Cuzco, la primera el 1 de agosto de 1535 y la segunda el 22 de enero de 1540. Las concesiones hechas en fechas extraordinarias llaman la atención, sobre todo las que Pizarro hizo luego del retiro del Cuzco de Manco Inca en 1535. Incluyen grupos que fueron reservados al momento de hacer el primer repartimiento. Según una investigación hecha en 1535 por el obispo de Panamá, Tomás de Berlanga, este grupo fue denominado “la encomienda del Inca” (Julien 1998: 500-505, Tabla 2). Solamente luego del retiro de Manco Inca del Cuzco se podía encomendar estos grupos a particulares, lo que hizo Francisco Pizarro a partir de agosto de 1538, cuando nuevamente estuvo en el Cuzco.
No tengo una lista de los grupos encomendados. Lo que señala su status especial es que fueron encomendados en fechas extraordinarias y no como parte de los repartimientos generales. Francisco Pizarro los encomendó a sus hermanos Hernando y Gonzalo, a sí mismo y a las personas más allegadas. Existen las cédulas de encomienda de Hernando y Gonzalo y es claro que incluyen grupos estrechamente vinculados con intereses dinásticos. Por ejemplo, la encomienda de Hernando Pizarro abarcaba las poblaciones de Calca, Ollantaytambo, Amaybamba, Piccho, Vitcos y Vilcabamba, que correspondían a propiedades de las panacas o linajes de Pachacuti y Topa Inca (Julien 2001). Francisco Pizarro concedió esta encomienda el 26 de abril de 1539, unos 11 días después de la concesión que hizo a Maldonado. Es probable que Andahuaylas fuese reservado del primer repartimiento general por tener un vínculo especial con una de las panacas, muy posiblemente la de Pachacuti.
Aunque Maldonado pudo haber recibido los grupos registrados en la cédula de 1539 por primera vez en aquel momento, es más probable que ya tuviese una encomienda. Estuvo presente en el Cuzco en el momento del primer repartimiento, el 1 de agosto de 1535, ya era pues vecino del Cuzco y por eso debió haber tomado una encomienda en aquella fecha (Lohmann 1986: 166; Rivera Serna 1965: 471). Me parece probable que haya recibido solamente a los quihuares o sallau parco, si he acertado bien en cuanto al status de Andahuaylas.
También pudo haber recibido una encomienda en los días siguientes cuando Juan Pizarro hizo unas encomiendas clandestinas (Julien 1998: 494). La cédula de 15 de abril de 1539 parece incluir todas las concesiones recibidas hasta aquella fecha, superando cualquier título o títulos previos. En el documento no se mencionan los nombres de encomenderos anteriores, así que es probable que todos los grupos hayan sido encomendados en aquel momento o por cédulas precedentes a Diego Maldonado.
Los chancas
La parte más importante de la encomienda de Maldonado fue la concesión de Andahuaylas, que incluía a “los de Hanan y Hurin Chanca y los Quichuas de Vilcaparo”. En la lista de caciques y pueblos sujetos a esta encomienda aparecen varios grupos étnicos. Entre los sesenta y tres pueblos listados en esta parcialidad, cincuenta y dos aparecen sin identificación de etnia, dejándonos concluir que estos son “los de Hanan y Hurin Chanca”. De los once pueblos restantes, dos son identificados como quichuas (Guarillane y Tororo).
Con toda probabilidad estos son los “quichuas de Vilcaparo” –Vilcaparo habrá sido el nombre de un cacique–. Tres pueblos son identificados como “orejones”, que entiendo como incas descendientes de Manco Capac. Otro pueblo es de “mitimaes de los aymaras”, procedentes de una provincia vecina. Los habitantes de otro pueblo se identifican como “yungas”. Hay otras referencias donde el término étnico parece aplicarse solamente al cacique, por ejemplo, se dice que el cacique de Ororo “es chachapoya” mientras que el cacique de Caquesamarca “es ynga”. Finalmente, los pueblos de Mayomarca y Chabibamba están encabezados por un cacique que “es yauyo” y otro que “es orejón” y también “tucuyrico”. Este último dato es fascinante. Según Damián de la Bandera la palabra tucuyrico “quiere decir, todo lo mira”. En su relación de la provincia vecina de Vilcas relata que el tucuyrico “era un capitán del Inga” (Bandera 1965, tomo 183: 178). Todavía en 1539 estuvo presente el oficial incaico de más categoría en la administración provincial.
Aunque la cédula menciona “al cacique principal de Andahuaylas” no proporciona su nombre ni su sede. Cabe decir que “Andahuaylas” no aparece en la lista como nombre de pueblo, sino como nombre de provincia. El primer cacique mencionado es Chuquicondorlapa del pueblo de Layoguacho. El segundo es Bonbo de Pomaguacho. Debido a la semejanza entre los nombres de los pueblos podríamos pensar que los chancas tenían dos pueblos principales (cuando la cédula se refiere a los chancas siempre se menciona a las mitades Hanan y Hurin). Otras provincias incaicas fueron divididas en mitades y administradas por dos caciques principales, tal como la provincia de Chucuito (Julien 1982: 128). Lamentablemente, no he podido localizar Layoguacho ni Pomaguacho. Probablemente se ubicaban en los alrededores de San Pedro de Andahuaylas, San Jerónimo y Talavera, tres pueblos reducidos en 1573 durante la visita toledana (Miranda 1925 [1583]: 168-169; Cook 1975 [1582]: 115). Allí se encontraban los caciques principales, en aquellos años, de Hanan y Hurin Chanca.
Sin embargo, mucho antes de las reducciones toledanas el nombre “Andahuaylas” fue utilizado para referirse a un tambo. El nombre aparece en las ordenanzas de tambos expedidas por el gobernador Cristóbal Vaca de Castro en 1543. Estas ordenanzas se refieren al “tambo de Andaguaylas” y también a los pueblos “Andaguayla y Oponguanche o Chuquicocha o Vilar puraychita” (1908: 444). Los otros nombres mencionados en las ordenanzas de tambos tampoco aparecen en la lista de pueblos encomendados a Maldonado en 1539. Quizás se trata de nombres de parcialidades, de todos modos, el nombre “Andaguaylas” muy pronto se refirió a un pueblo y a la encomienda misma.
Otro punto de interés es que si Layoguacho y Pomaguacho son los pueblos principales de los chancas, el tucuyrico no vivía en ellos. Éste, llamado Urco Guaranga, estuvo asentado en los pueblos de Mayomarca y Chabibanba junto con un cacique llamado Chauca, de etnia yauyo. Lastimosamente, no podemos localizar estos pueblos en mapas modernos. Parece probable que se ubicaban en los alrededores del camino incaico (Mapa 1), pero ¿dónde?
Finalmente quiero mencionar la población que abarcaba la encomienda. El documento no proporciona cifras de población,[2] pero podemos sacar una aproximación mediante cifras posteriores. En el padrón de Andahuaylas hecho en 1573 fueron registrados 5,330 tributarios y un total de 28,840 personas. Si calculamos una baja de 30% desde la época incaica, podríamos sugerir que Hanan y Hurin Chanca, con los mitimaes, tenían por lo menos 7,500 unidades domésticas. El promedio de población de cada pueblo estaría por encima de las 120 unidades domésticas.[3]
El territorio de Andahuaylas en la Colonia
Mediante la encomienda se concedió el derecho de cobrar tributo de un cacique y sus sujetos. No fue una concesión de territorio, sin embargo, en la medida en que el cacique y su grupo ocupaban un territorio, se puede relacionar la encomienda con un territorio. Sería suficiente localizar los pueblos de la cédula de 1539 para poder definir el territorio chanca, pero son relativamente pocos los pueblos nombrados en ésta cédula que son localizables (Mapa 1). De los 63 pueblos mencionados he ubicado 15 (24% del total) (Apéndice 2). En 1573 estos mismos pueblos fueron concentrados en reducciones de traza española. Una lista de las reducciones donde fueron reducidos los pueblos de la encomienda de Andahuaylas fue hecha en 1583 (Miranda 1925 [1583]: 168-169). Llevan los nombres siguientes, tal como parecen en la lista de 1583: San Pedro de Andaguailas, Sant Gerónimo, Nuestra Señora de Talauera, Sant Joan Euangelista, Santiago de Guancaray, San Joan Baptista de Tarpo [sic: Turpo], San Francisco de Chuyllanasana, San Sebastian de Ola, Santo Domingo de Vlcay, San Miguel de Charanba, Santiago de Guayana, Nuestra Señora de las Nieues de Onamarca y San Cristóbal Pambachiri (AGI Lima 464, f. 24v). A excepción de Guayana y posiblemente Turpo, las reducciones no utilizaron los nombres de los pueblos anteriores.
Siempre hace falta una documentación que identifique cuál pueblo fue reducido en cuál reducción. Aun así es probable que los pueblos antiguos fueran asignados a la reducción más cercana. En un estudio de las reducciones hechas en Condesuyo, al sur de la ciudad del Cuzco, podemos constatar que un grupo de pueblos fue reducido a un pueblo cercano, y con frecuencia uno de ellos fue elegido como sitio del nuevo pueblo de traza española. El proyecto se realizó para facilitar la evangelización y financiar el sueldo de un cura doctrinero (Julien 1991). Es evidente en la documentación sobre Andahuaylas que 63 pueblos fueron concentrados en 13 pueblos nuevos y muy probablemente en el pueblo nuevo más cercano. La ocupación previa de algunos de los viejos pueblos –lo que nos permite ubicarlos en mapas modernos– parece confirmar esta hipótesis (Mapa 1).
Durante la época colonial las reducciones, conocidas también como doctrinas, fueron contabilizadas en distintas fechas. El corregimiento de Andahuaylas incluía a varias encomiendas y no solamente la encomienda de Andahuaylas. He hecho una comparación entre las encomiendas y las doctrinas (Apéndice 3), y aunque algunas doctrinas se pierden con el tiempo (por ejemplo Ola/Colay y Vlcay/Ulcay) muchas han perdurado hasta hoy y por ello es posible localizarlas en mapas modernos (Mapa 1). Dado que las doctrinas se conservan bien durante la Colonia, podemos localizar cada una de las encomiendas del corregimiento de Andahuaylas. Las encomiendas de Cayara, Uripa, Onqoy y Ocobamba se localizan en la región al noroeste del pueblo de Andahuaylas. Curamba está hacia el este, en el límite con Abancay. Los pueblos de la encomienda de Andahuaylas tienen la dispersión territorial más grande, concentrándose en la región por donde pasaba el camino de Chinchasuyo, entre Curamba hacia el este y Huranmarca hacia el oeste y también hacia el sur, al oriente del río Chichas. Estos pueblos son los “Hananchancas, Hurinchancas y los Quichuas de Vilcaparo”.
A manera de conclusión puedo decir que la confusión ocasionada por el arribo de los españoles cambia, pero no borra, la división étnica en los Andes. Queda por averiguar si los chancas ahora son de leyenda o no. Es casi seguro que los lazos que existían en 1539 perduraron durante un tiempo y, quizás, perduran aún en la memoria.
[1] Según la cédula de 1539 Pomachondal era la mitad de un grupo mayor, la otra mitad estaba depositada en Pedro de los Rios (Apéndice 1). Rios tenía varios grupos en encomienda en la provincia de Quispicanche donde se ubicaban los Quihuares de Maldonado (el grupo llamado Guascarquiguar). Es muy posible que ambas mitades de Pomachondal estuvieran vinculadas con estos grupos de Quihuares. Tanto Maldonado como Rios se encontraban en el Cuzco al momento del primer repartimiento, el 1 de agosto de 1535.
[2] En un padrón de 1684 los nombres de los ayllus o parcialidades de Pampachiri y Umamarca sugieren la posibilidad de que estos grupos estuvieran localizados hacia el este del territorio de Andahuaylas (ADC, Corregimiento, Causas Ordinarias, Legajo 1). En Pampachiri se encontraba un ayllu “Inga” y en Umamarca, anejo / anexo de Pampachiri, se encontraban ambos, un ayllu “Inga” y un ayllu “Guanca”. El término “Guanca” podría ser una referencia a los Yauyos.
[3] Las encomiendas del primer repartimiento del Cuzco (del 1 de agosto de 1535) generalmente incluyen cifras de población proporcionadas por Manco Inca (Julien 1998, p. 496 y nota 2).
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