martes, 15 de febrero de 2011

CARNAVAL EN ANDS Y LIMA





“..Recuerdo el río de nuestra ciudad nativa, el pisonay de su plaza,

el regocijo verdaderamente cósmico de de los carnavales

pues el hombre, entonces, proyecta su vigor

y la dicha de vivir en el tierra y los cielos”,, (JMA)

EL CARNAVAL ANDAHUAYLINO Y EL HUACHIPAZO EN LIMA…

Arturo Gutiérrez Velasco.

El carnaval es una de las fiestas más populares en todo el mundo. Su Origen se remonta a las celebraciones en honor al Dios Dionisio en la antigua Grecia y al Dios Baco en Roma, cuyas características han ido tomando forma en distintas regiones del mundo. Si bien es una fiesta considerada pagana, su celebración es movible adecuándose a las celebraciones de la luna.

En nuestro calendario coincide con las celebraciones religiosas como la cuaresma a partir del primer domingo de carnaval. Llega al Perú en la época de la colonia, donde va tomando connotaciones particulares. Famosos son en nuestro país los carnavales de los departamentos de Cajamarca, Ayacucho, Puno, Junín y principalmente el de Apurímac.

El carnaval andahuaylino...

En el panorama del folklore nacional especialista y estudiosos reconocen que los carnavales andahuaylinos están considerados como: “Los más auténticos, alegres y coloridos del Perú”. Calificado también como la “pakarina” inicial de canciones carnavaleras picarescas, con una influencia inicial hacia Cusco, Junín, pasando por Ayacucho y Huancavelica y ahora en casi todos los escenarios del Perú.

En Andahuaylas, se manifiesta en dos estratos; en la ciudad es el pueblo que baila y canta espontáneamente, con canciones, “que nacen del corazón y van hacia él”. En el campo, es “la fiesta del año cuyos ecos suben hasta el infinito, pareciendo que el viento canta y hasta danzan las nubes”...

Es el preludio de un nuevo ciclo de vida, del amor y el apareamiento. Es el zorzal con sus primeros trinos, la naturaleza con un nuevo ropaje que brinda generosa los primeros frutos. El carnaval andahuaylino es música, danza y alegría desbordada por caminos, calles y plazas. Pero no solamente es música, canto, danza, es la vida misma que se muestra con increíble fuerza, capaz de remecer a cualquier participante o espectador en esta fiesta.

El carnaval andahuaylino, es un homenaje a la alegría de vivir, a la “mama pacha” por su generosidad, como respuesta al esfuerzo del hombre, en el que para bien todo se confunde. Está ligado a la vida misma y a diferencia de otros lugares, en esta fiesta todavía no hay actores. Son ritos y costumbres todos estrechamente ligados con la naturaleza, que todavía por la pureza en su realización y presentación los carnavales en andahuaylinos pueden ser para los estudiosos de todas las especialidades la cantera de vivencias del Perú profundo.

En Lima.

Por el fenómeno de la migración la ciudad de Lima se ha convertido en una ciudad de gente provinciana, con la nostalgia por el lejano pueblo, en la que la conmemoración del patrono del pueblo, el aniversario de la creación política y el carnaval son las más importantes celebraciones.

Del carnaval, se añoran las canciones, los toques de guitarra, sus comidas, los días de canto y de danza, en las calles y plazas. También el colorido de los carnavales en el campo, la libertad para la alegría y el olvido, nostalgia que se acumula durante todo el año por lo que es obligada la asistencia a estos eventos.

También por que el carnaval es la fiesta del reencuentro con las amistades del pueblo de origen, de repente para ver los cuadros costumbristas, saborear los platos típicos, para luego bailar alrededor de una yunsa o cortamente…

Los clubes provinciales y distritales desde el mes de enero realizan los preparativos; el local, la banda de músicos, los conjuntos musicales, la presentación de grupos costumbristas, los platos típicos, la promoción oportuna para que los paisanos asistan en pandillas o grupos.

Así, en el campo y la ciudad, con ansiedad y nostalgia se esperan los carnavales... Estén atentos a la invitación de su sede. No falten al Huachipazo, “que no se cómo ni donde”, aún en Lima, se escucha el canto del zorzal y se siente en el corazón el eco del huaynito:

“Chayraqmi, chayraqmi/ chayaykamuchkani/

huayrachahuan, vientochahuan/ parischaykukuspa”...

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