martes, 1 de noviembre de 2011

Alma Punchau




DOS DE NOVIEMBRE, DÍA DE LOS DIFUNTOS: MISA, REZOS, VELAS, COMIDA, RAMOS DE FLORES SE OFRECEN A LOS MUERTOS…

ALMA PUNCHAU…DIA DE LOS MUERTOS…

Arturo Gutiérrez Velasco
.

Como todavía sucede en los pueblo cuyo nombre se pierde en la distancia, muy temprano se abren las puertas del templo para recibir a los fieles que acuden a la tradicional Misa del Día de los muertos brindada para interceder ante Dios por las almas del purgatorio, para que abandonen esta morada y se vayan al cielo, sólo en esta fecha se realiza la visita anual del sacerdote...

A la par se abren las puertas del cementerio que han sido medianamente restauradas por el municipio de turno. Las cruces de madera, pìedras o fierro, descoloridas y oxidadas se inclinan entre “casitas” o “mausoleos” sin puerta de los más pudientes, con caminitos en los que campea el “kikuyo” que dan la bienvenida al caminante…

…Se tiene que limpiar la “mala hierba” que brotó con las lluvias tempranas, las “Ccoras”, que como velas verdes irreverentes aprisionan y rodean las tumbas, invaden y borran los senderos de todo el “Campo Santo”. No es fácil ubicar las sepulturas que cobijan a la familia.

…”Estaban cerca al árbol de molle que da sombra en la esquina, cerca a la cruz de piedra de la tumba de la esposa del Alcalde, o frente al “nido de cruces”, de las almas del gran hueco en que fueron enterrados los diez vecinos de la comunidad, después del paso de los “terrucos” y los “verdes”. Allí están, y se tiene que cambiar la cruz y de nuevo hay que pintar su nombre, “llevarle la chicha con su “lawa” de choclito “michka” del valle, su comidita que tanto le gustaba, todos los que están solitos comerán con él”…

Pronto, en medio de una cortina de humo que confunde el aroma de fritangas de carnes y comidas, multicolores destacan los plásticos de multicolores y decoloradas carpas, con techo de plástico que dan sombra a los vendedores de la chicha de jora, quinua, cerveza, maicillos. También se ofertan en fila cruces de madera pintadas de verde y al natural o de madera de Queñua: “para siempre, como indican los carpinteros”. Más perdurables están las de hierro forjado que hace el herrero, como para los “wasi wasis”.

…”Hay que estar atentos para la llegada del Tayta Cura. Si llega, habrá Misa para los difuntos en la capilla. Pero hay que tener platita para el responso en el cementerio, para que diga su nombre, rece el Credo, el Padre Nuestro y el Ave María, para que su alma salga del purgatorio”.

…”Si el padrecito no llega, porque se quedó en el otro pueblo, habrá que pagar al “rezante”, nuestro hermano Braulio, comunero; el antes fue acólito y se contenta con la limosna que le dan. Siempre es precavido, compra del sacristán y guarda bastante “Agua Bendita” en sus galoneras. Él con su flor de geranio blanco challará las fosas, dirá sus plegarias en nuestro runasimi”, consolará a nuestros muertos…

…”Más agüita bendita será para la wawa de la Florencia. Después que murió fue bañado en infusión de hierba Santa y Romero y sus padrinos le compraron su cajoncito de color blanco. Mi comadre Florencia preparó la comida para invitar a los familiares y vecinos. El día del entierro, ella, bailaba y agitaba un pañuelo blanco como señal de la pureza del niño muertito. Le seguía el padrino, cargando con su esposa el ataúd de su ahijadito, luego íbamos todos. También, contrataron músicos, tocaban arpa y violín. Camino al cementerio, cada cierta distancia parábamos donde le gustaba jugar, en la casa de su vecino, en el wawa wasi… Pero no hay problema, todos los niños se van al cielo, él ya está al cielo...

Al atardecer, en el cementerio muchos son los vencidos por el cansancio por haber tenido que limpiar las tumbas, sopor y más por los innumerables brindis de licor o chicha evocando pasajes de la vida del difunto. Para otros no hay mejor lugar para descansar que la cercana cruz amiga. Poco a poco, junto con la noche retorna el silencio y más el olvido. Apuradamente los comerciantes desarman sus carpas, así como zigzagueante se retira uno que otro vecino todavía con la botella vacía en la mano…

EL GRUPO ANDAHUAYLAS

EL GRUPO ANDAHUAYLAS

El grupo Andahuaylas se forma a inicios del año 2008, gracias a la inquietud y perseverancia de Felix Enrique Tello Hermosa, quien fue convocando a sus paisanos generacionales, luego otros amigos de diferentes edades, personalidades entre: militares, ingenieros, profesores, empresarios, periodistas, quienes aportaron de una u otra manera al desarrollo de la provincia de Andahuaylas y del Perú.
La premisa es que la amistad es más fuerte que el tiempo mismo, y que si se compartieron escenarios en otros tiempos, había que hacerlo nuevamente en esta época. Así el tercer miércoles de cada mes se realiza la reunión en un almuerzo amical, en torno a un potaje de preferencia con el aroma y sabor de la tierra. Cada uno en su campo o especialidad tiene mil historias que compartir, así en la mesa entre bromas y risas brotan incontenibles los recuerdos y se siente, que sin perder vigencia, se transporta el grupo a otros tiempos…
El mayor y engreído del grupo es Don Gustavo Uribe Montes y el menor su nieto Julio Rolando Uribe Pérez, además integran los amigos: Filio Ballón Chacón, Antonio Cáceres Quiñones, Jose Cebrian Ubaqui, Américo del Pozo Galvan, Tito Flores Montes, Héctor Flores Samanez, Ramiro Gálvez Acosta, Juan Hermilio Ibañez Reynaga, Edgar León Altamirano, César Martinez Uribe, Americo Mendoza Medina, Ernesto Montoya Fernández, Milciades Olarte Portillo, Salvador Pinto Jara, Gilberto Quintanilla Hernández, Sandro Samanez Rivero, Luis Trelles Cárdenas, Rolando Uribe Herrera, Nilo Vargas Palomino, Alfredo Velarde Ponce, Carlos Vizcarra Cáceres, Washington Zúñiga Trelles, Arturo Gutiérrez Velasco, Johannes Loedige y los recordados buenos amigos: José Gonzales Menacho y Felix Enrique Tello Hermosa, que descansan en paz.
Un cordial saludo para ellos de la RED CHANKA….